
Las actividades de lucha son susceptibles de ser aplicadas en el ámbito escolar, debido a la gran cantidad de ventajas que presentan en general en la psicomotricidad, en el estado físico y mental, y en la actitud.
Algunas de ellas son:
•Se aprenden a aceptar las normas del grupo y a respetar al resto de compañeros/as
• Se logra la educación integral del niño/a y el desarrollo armónico de la personalidad, enfocando adecuadamente estas actividades.
• Se descarga y se controla la agresividad, haciendo esto extensible a otras actividades deportivas y situaciones de la vida cotidiana.
• Se aumenta la responsabilidad, ya que se "obliga" al alumno/a a garantizar la integridad física de los demás compañeros/as.
• Se desarrollan las habilidades motrices básicas, especialmente los desplazamientos y los giros.
• Se incrementa la condición física de forma muy globalizada: fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad.
• Se aumenta el refelejo y la capacidad de resolver el problema en segundos, y reaccionar rápidamente ante el problema.
•Se libera el estrés y hace que el/la niño/a pueda descansar mejor al llegar a casa.
• Se favorece la integración de todos los alumnos/as, ya que incluso aquellos que debido a sus características morfológicas y fisiológicas puedan ser "discriminados" en otras actividades (por ejemplo los niños/as con sobrepeso), en este caso tendrán un rol importante en el grupo.
• Se aumenta el grado de motivación, ya que al partir de acciones naturales y espontáneas, los practicantes tendrán una especial implicación.
• Se pueden desarrollar gran parte de los objetivos y trabajar casi todos los contenidos que van a ser importantes en el currículo de Educación Primaria, incrementando así capacidades diversas: psicomotrices, cognitivo-lingüísticas, afectivas, de relación interpersonal, de actuación e inserción social…